Laísmo, leísmo y loísmo. Atención, por favor…

Este es un error muy común en la lengua española y, aunque lo oímos cada día en boca de casi cada persona que escuchamos, no debemos bajar la guardia y no prestarle atención. Para estudiar este fenómeno vamos a partir del uso de cada complemento:

– Le y Les funcionan, generalmente, como complemento indirecto tanto masculino como femenino. Así, decimos frases como “Le di un beso”, y nos podemos estar refiriendo a un hombre o una mujer, indistintamente. Y ocurre lo mismo con el plural: “Les di un libro”, a ellos, o a ellas. Ambas posibilidades son gramaticalmente correctas.

– Lo, Los, La y Las son formas pronominales que, cuando se utilizan, vienen a desempeñar la función del complemento directo. De forma que son correctos usos como “Lo vi” (a él), “La vi” (a ella), “Los vi” (a ellos), y “Las vi” (a ellas).

Pero esto sería el uso correcto. A continuación, pasemos a la aberración lingüística…

Leísmo
Los pronombres Le y Les –los cuales funcionan, como hemos dicho, como complemento indirecto- pasan a utilizarse como complemento directo masculino, refiriéndose a personas. De forma que, en vez de decir “Lo vi”, o “Los vi”, se dice “Le vi” (para él) o “Les vi” (para ellos). En vez de “A tus compañeros los conocí ayer”, decimos “A tus compañeros les saludé ayer”, incurriendo en el fenómeno que se ha denominado leísmo.

En cualquier caso, el leísmo no es un fenómeno especialmente reprobable y que, además está muy extendido, sobre todo en las zonas del centro y norte de Castilla. Si bien sí hay variaciones que son absolutamente aberrantes para el buen uso del idioma, como estas:

– El empleo de Le o Les como complemento directo femenino, de forma que digamos, en vez “Ayer la ví” (a tu hermana, por ejemplo), digamos “Ayer le vi”.

– El uso de Le o Les para hacer referencia a animales o cosas: “¿Has visto al gato?”, Sí, le he visto ahí fuera”. El uso correcto para este caso es, y debe seguir siendo, el uso de Lo.

Laísmo
En ocasiones, los pronombres La y Las (los que han de funcionar como formas del complemento directo femenino), pasan a funcionar como complemento indirecto femenino. Así, no es extraño escuchar “La cosí una falda” (a ella), o “Las dije unas palabras” (a ellas). Este error, al contrario que el uso más extendido del leísmo, es sumamente grave, y se denomina laísmo.

Loísmo
De la misma manera, los pronombres Lo y Los (las que, como dijimos, han de formar parte del complemento directo masculino) pasan a usarse como complemento indirecto masculino. “Lo dio una bofetada” en lugar de “Le dio una bofetada”. Es el mismo caso que veíamos con el laísmo, pero aplicado al género masculino, y se denomina loísmo, siendo igual de grave que el anterior.

Bueno, espero que esta pequeña explicación os sirva para comprender y conocer un poquito mejor a este monstruíto que vaga por nuestra lengua…

Como siempre, sólo me queda deciros que por encima de todo, lo más importante en la lengua es la comunicación. No dejéis que esta pequeña bacteria interrumpa vuestro discurso en exceso…